domingo, 10 de abril de 2016

Resolución de problemas: historias literarias-matemáticas

Cada mañana, en la asamblea, el encargado (cada día le toca a un alumno avanzando por orden de lista) tiene que realizar tres actividades: la primera es poner la fecha, la segunda es leer en voz alta para los compañeros un fragmento de "Lecturas amigas" y posteriormente hacer unas preguntas de comprensión lectora a sus compañeros; y por último, debe resolver un problema matemático acerca de los contenidos que hemos trabajado con anterioridad. Para hacer esta última actividad más motivadora, desde principio de curso, los problemas tenían como protagonista al alumno que fuera encargado ese día y tenían relación con sus gustos o anécdotas que hubieran protagonizado en clase. Así, además de trabajar las Matemáticas, también se crea un ambiente relajado, de interés y de unión en el grupo. Es fundamental hacer que nuestros alumnos estén felices en el aula, hacer que se lo pasen bien.

Este trimestre, con motivo de la celebración del Día del Libro, las historias matemáticas que vive el encargado están relacionadas con un cuento o novela clásica. Así hemos empezado a solucionar problemas en los que debían calcular cuántos molinos había derrotado Don Quijote con su escudera Yaiza o su escudero Guillermo; el número de monedas de oro que había en la cueva de Aladín y que junto a él encontraban Khadija y Ariadna; y cuántas damas había en la fiesta a la que acudieron Eva Cenicienta y Estefanía Cenicienta para conocer al príncipe. 


Lo mejor de estas historias donde ellos localizan los datos del problema, piensan que operación deben realizar (para ayudarles les suelo hacer preguntas del estilo: ¿al final habrá más o menos cosas que al principio?, ¿entonces qué tendrás que hacer sumar o restar?, ¿el número resultante será más grande o más pequeño del que tenías al principio?...) y explicar la solución es que los finales no siempre son los esperados. ¿O alguno podría llegar a imaginar que nuestras Cenicientas lo que querían era hacerse amigas del Príncipe, cambiarse sus incómodos zapatos de cristal y ponerse sus zapatillas de ruedas e irse a patinar juntos por el reino?

Los encargados de mañana espero que vayan dispuestos a vivir una estupenda aventura literaria y matemática.

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