Hace dos
viernes volvimos a recibir la visita de Rosy, nuestra mascota descubrecuentos. Digo
“descubre” por ella aún está practicando su lectura así que se encarga de
recorrerse todos los rincones de las librerías y bibliotecas para encontrar
cuentos y libros chulos que traernos pero tiene mucho morro y me lo acaba dando
a mí para que sea yo quien lo lea. Seguro que si sigue practicando su lectura
pronto nos podrá leer ella el cuento entero. ¿Qué pensáis chicos?
Nasrudín fue
el último cuento que leímos y con él nos trasladamos a una aldea de Marruecos,
por lo que varios de los alumnos de la clase se pusieron muy contentos
explicando a sus compañeros aquellos detalles del cuento que conocían de
primera mano ya que parte de su familia es de ese mismo país. Ellos nos
explicaron mejor que nadie qué son los dátiles, a que sabe el té con menta, que
en Marruecos se suele jugar mucho al ajedrez y que se suele vestir con caftán y
babuchas. Vocabulario que sale en la historia y que permite a los alumnos
incrementar su léxico además de acercarse a la cultura de otros compañeros.
Nasrudín nos
habla de que no nos debe influir lo que los demás piensen de nosotros y que no
debemos cambiar nuestra forma de actuar o de pensar solo por lo que los demás
nos critiquen.
Como
siempre, después de escuchar el cuento, tuvimos tiempo de que cada uno
expresara su opinión sobre él y de contar anécdotas y situaciones parecidas que
hubieran vivido ellos como Nasrudín. Una de las alumnas comentó que ella
también se sintió triste cuando otra compañera le dijo una vez que “su dibujo
era muy feo” y como a pesar de sentirse mal decidió continuar pintándolo así
porque a ella le gustaba mucho.
Como cada viernes que hacemos cuentacuentos resultó un momento muy feliz
y armonioso de todo el grupo.
