Uno de los contenidos fuertes del área de
Matemáticas en este último trimestre es el dinero. A lo largo de la Unidad Didáctica 14 hemos ido trabajando con los céntimos, las monedas de euro y los
billetes (hasta 50). Este aprendizaje es motivador de por sí, ya que es
algo que conocen y que tienen en su entorno de continuo (su hucha, el dinero
que les trae el ratoncito Pérez, pagar una actividad del cole...), pero también es complejo. Podríamos decir que en este curso solo lo abordamos a modo de iniciación y presentación y que en cursos sucesivos se profundiza mucho más en este aprendizaje. El libro cuenta con un sobre de materiales
manipulativos, así que a principios de la semana pasada ya empezaron a configurar su monedero
con sus monedas y billetes de juguete, elemento fundamental para esta nueva
actividad que hicimos y os quiero presentar.
El viernes convertimos nuestra
clase en un MERCADO, con sus diferentes tiendas, sus ricos productos, sus
dependientes y sus clientes. Aprendieron jugando y jugaron aprendiendo. Ellos
disfrutaron una barbaridad y yo... ¡no os imagináis cuanto!
Ha sido un trabajo muy completo en el que se han
puesto en juego muchos aprendizajes tanto del área de Matemáticas
(reconocimiento de monedas y billetes, varias formas de combinar las monedas
para poner un mismo precio, precios adecuados para cada producto, sumas,
restas...) como del área de Lengua ( familias de palabras, campo semántico de
una palabra, sustantivos en femenino y en masculino, expresiones y normas de
cortesía utilizadas al ir a comprar...) Al haber sido un trabajo en equipo
también se han puesto en marcha aprendizajes como: usar el lenguaje para llegar
a acuerdos y tomar decisiones conjuntas (dialogar, negociar, convencer,
ceder...), diseñar, organizarse las funciones de cada uno dentro del equipo... En resumen ha sido una actividad que ha englobado muchas áreas de
conocimiento y aprendizajes.
Tras trabajar y reconocer cada una de las monedas
y definir qué era un mercado (ni mercadillo ni supermercado) cada grupo eligió
una tienda, la puso nombre y decidieron qué productos venderían y a qué precio.
Posteriormente los dibujaron y diseñaron el cartel de su tienda con nombre
propio que también eligieron. La verdad es que cada vez negocian mejor entre
ellos. Llegan a acuerdos más rápidamente y hay menos enfados. Lo de controlar
el tono de voz les sigue costando, a ver si en lo que nos queda de curso
conseguimos pulirlo un poco más. ¡Moderadores! en esto necesitaremos vuestra
ayuda.
Dividimos la clase en dos turnos para
que todos pudieran comprar y vender y cuando todos los equipos terminaron de
colocar sus carteles y productos, y todos tuvieron claras las normas de nuestro
particular mercado, abrimos sus "puertas".
Sin pasión de profe pero estaban para haberles
grabado en vídeo durante toda la sesión. Frases de adulto y muy metidos cada
uno en su papel.
- Disculpe, ¿quién es el último?- decía una niña mientras esperaba a que le
atendieran en la floristería.
A falta de cajas registradoras los dependientes
fueron apuntando en una tabla de doble entrada quién compraba, qué compraba y
cuánto le pagaba, para una vez terminada la actividad pudieran contabilizar
todas sus ventas y devolver el dinero a cada cliente para que todos los niños
volvieran a tener el dinero con el que comenzaron.
Ahora sería interesante que acudieráis con los peques a algún mercado tradicional del barrio para que vieran en realidad lo que a modo de juego hemos puesto en práctica en el aula. Seguro que están encantados.